Con este artículo te terminamos de contar sobre los últimos 2 mandamientos de los 12 que te ayudará a tomar las mejores decisiones.
Mandamiento onceavo
Usa la retroalimentación en tu beneficio
El inconsciente colectivo siempre será superior al individuo aislado por muy inteligente que sea. Algunos beneficios de la retroalimentación
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- Mejora la conciencia
Esta herramienta de retroalimentación ayuda a aumentar la auto conciencia entre los empleados. Dado que se trata de un proceso de retroalimentación anónimo, generalmente se registra una retroalimentación honesta con respecto al comportamiento de un empleado. Los trabajadores pueden revisar los comentarios y descubrir sus áreas de mejora. Conoce más de las ventajas de realizar una encuesta anónima.
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- Reduce los puntos ciegos
Como su nombre sugiere, la retroalimentación de 360 grados es un método de retroalimentación general que ayuda a analizar las fortalezas y debilidades, lo cual tiende a reducir los puntos ciegos y a aumentar la eficiencia de un empleado. Esta retroalimentación es una buena forma de explorar las fortalezas ocultas ya que no es unidireccional y es por eso que ayuda al empleado a poder identificar incluso sus talentos ocultos.
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- Mejora tu confianza
Este mecanismo de retroalimentación ayuda a generar confianza y a aumentar la moral no solo de los empleados sino también de los líderes. Estos comienzan a sentirse mejor acerca de la organización y las personas con las que trabajan y viceversa. Esto mejora de manera efectiva la capacidad de tomar decisiones de parte de los que encabezan la empresa ya que la retroalimentación generalmente se da de manera constructiva
Mandamiento doceavo
Aunque tengas miedo actúa. Hazlo a pesar del miedo
Si recordamos nuestro pasado el arrepentimiento es mayor que todo aquello que no hicimos como consecuencia de los miedos que nos paralizaron.
1. Reconoce el punto en el que estás
El problema no es que no tengas trabajo, es que tienes tantas ganas de tenerlo como miedo de encontrarlo.
¿Lo haré bien?,¿me adaptaré? Esas preguntas que cualquier persona se plantea cuando tiene que hacer algo por primera vez o cuando tiene que empezar en un nuevo trabajo, tú lo has convertido en miedos que te paralizan.
Te alertan de que, para no fracasar es mejor no ponerse a prueba y estás cerrándote las puertas a ti mismo. No buscas trabajo; mandas currículums con la esperanza de que caigan en saco roto y no te llamen; no acudes a las entrevistas; y rechazas puestos de trabajo.
Reconócelo. Sin medias tintas y sin excusas. No es la crisis, no es la falta de trabajo. La razón que te mantiene en la situación en la que estás es el miedo a no saber, a no valer, a fallar, a sentirte inútil, a que los demás lo sepan.
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- Acéptalo. Acéptate
Nadie elige sus miedos ni quiere pasarlo mal. Por la razón que sea (-no importa cuál-) te asusta enfrentarte a un nuevo trabajo y lo que ahora toca es buscar la manera de derribar esa barrera, no darte de cabezazos contra ella.
El enfado, la lucha, la culpa y el reproche por ser o sentirse así, de poco sirven.
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- No te obsesiones con ello
Tener miedo al trabajo no es una dificultad tonta que se vaya a solucionar por sí sola ni que no tenga importancia.
Tienes que responsabilizarte y saber que vas a tener que poner mucho de tu parte para darle la vuelta al problema, pero no dejes que invada todo tu tiempo y tus energías.
La vida tiene muchas etapas. El trabajo es sólo una de ellas y no tiene por qué contaminar y ensombrecer las otras (familia, amigos, pareja, ocio, aficiones, estudios, descanso…). Da a cada cosa su espacio. Si tu vida laboral va en picada, al menos, date permiso para desconectar y disfrutar de lo que sí que tienes y sí va bien.
Desde la preocupación y la angustia, con el agobio metido en el cuerpo, no se encuentran soluciones.
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- La oportunidad es ahora
Decir “todavía no estoy preparado”, “cuando no tenga tantas inseguridades” o “cuando me vea capaz” es una sutil forma de autoengaño.
La confianza en uno mismo no se consigue de la noche a la mañana. Por desgracia no funciona así, sino en el orden inverso. Tienes que hacer cosas a pesar de hacerlas con miedo. Y a base de hacer, de intentarlo, de cometer errores y de acertarlos, las cosas van saliendo y vas ganando de a poco esa seguridad.
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